La Centaura

Entre mis libros tengo uno que se llama VIÑAS, BODEGAS Y VINOS DE AMÉRICA DEL SUR. Es una Guía sobre el tema que se publicó varias años, y hace referencia a la cuestión de los vinos y bodegas en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile. Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Yo tengo el ejemplar del año 2004 (Editorial Austral Spector) . Ustedes se preguntaran... ¿Y este boludo porque nos escribe de esto, si esto es el club de la Partner y no el de catadores?

Bueno, resulta que al final del libro se rinde homenaje en un par de hojas a "LA CENTAURA" una Peugeot Partner Diesel que permitió realizar el relevamiento de 300 bodegas en los países referidos. Me tome el trabajo de scanear y pasar por OCR (conversor de imagen en texto) las paginas del libro, los autores seguramente no se ofenderán teniendo en cuenta que el objetivo es compartir el texto citado con los fanáticos de las partner, además hay que tener en cuenta que el club debe tener más de un tenaz asador dispuesto a consumir los vinos recomendados que son capases de comprar el libro más interesados en chupar que en la perfomance de la centaura....
Impresionante lo que el tipo que escribe dice.... Va el texto en cuestión


LA CENTAURA
(Paginas 563 y 563)

De los mas de 40 mil kilometros de viaje hechos para compilar esta Guía, mas de 30mil fueron en 4 ruedas a bordo de nuestra Centaura, una Peugeot Partner Diesel ’99 que compramos en noviembre de 2002 con 32 mil kilometros y que en los siguientes 6 meses duplicamos, siempre desde nuestra base bonaerense.
El primer viaje, a descubrir las bodegas de Uruguay, fue entre el 15 y el 29 de diciembre de 2002 y totalizo 2.620 kilometros.
El segundo viaje, "A descobertas das adeges do Brasil", comenzó el 12 de enero de 2003 y concluyo el 30 del mismo mes con 4.370 kilometros en el contador.
El tercer viaje inicio el 11 de febrero de 2003 rumbo al Paraguay y tras recorrer todo Cuyo y el Alto Valle del Rio Negro, incluyendo una escapada de Mendoza a Santiago ida y vuelta, el 21 de marzo sumo un total de 10.565 kilómetros.
El cuarte y mas largo y duro viaje principio el 9 de abril y concluyo el 29 de mayo, tras un periplo de 14.076 kilometros por el Noreste de Argentina, sur de Bolivia y todo valle vitivinícola de Chile, con regreso por Mendoza hasta Buenos Aires.
Total, 31.631 kilometros de los mejores y peores caminos de América del Sur, así que podemos hablar con conocimiento del carácter de la Centaura. Cruzo 3 veces el tunel del Cristo Redentor a 3.800 metros de altura, y entre Tarija y San Pedro de Atacama salvo en un días 4 pasos de montaña a mas de 4 mil metros, las 3/4 partes de ripio. En las rectas infinitas y vacías del Chaco y la Patagonia, soporto jornadas enteras a velocidad de crucero a fondo, entre 120 y 140 kilómetros por hora, con el aire acondicionado encendido.
Hizo 2 viajes de retorno cargada hasta la línea y empopada a causa de la manía personal de un coleccionista de piedras y rocas. Salvo huellas secundarias del Paraguay y caminos primarios en construcción en Bolivia con la potencia y elegancia de un todo terreno: conoció barro negro y colorado, arena, piedra fina y gruesa, vades, diluvios de chubasco sudamericano y hasta un poco de nieve y hiele, y a todos los sorteo con el orgullo característico de una buena tracción delantera a la francesa, de esas que hacen lucir afeminados a la mayoría de los dueños de ostentosas dobles tracciones. La Centaura anduvo mucho bajo el sol ardiente del desierto en verano y bastante de noche;
conoció la niebla y el viento de dos océanos. Hizo además otros 10 mil kilómetros en el terreno más exigente de todos: entre el centro y los suburbios de Buenos Aires. La guapa nunca se amedrentó en los millares de curvas y cientos de cuestas y adelantos que tuvo que negociar con nervio de pura sangre; freno como una potranca de polo la media docena de veces que por fuerza de cosas tuvo que hacerlo; arranco como una percherona todas las mañanas con su motorazo de tractor —que si hubiera estaciones de
oxigeno y combustible en el camino, llegaría sin un service hasta la Luna. Y se banco como la mejor yegua criolla cien y después mil leguas de pampa. Lo único que pidió a cambio fue un tanque lleno de cualquier gas oil cada 600 o 700 kilómetros y un poco de aire, agua y buen aceite cada 3 o 5 mil kilómetros. Sus dos únicas molestias mecánicas fueron provocadas por nuestra causa, igual que los rayones en su blanca carrocería. La Centaura fue tan buena y suertuda que solo pincho neumáticos dos veces. Pero lo más importante que podemos decir de ella es que —además de guapa, sobria y veloz— es mas cómoda y confortable que muchos autitos burgueses de ciudad. El asiento plegable del acompañante fue en nuestros viajes en solitario la imprescindible mesa de carteo y de mateo. Baladas de Bob Dylan como "Girl from the North Country" las escuchamos mejor a su bordo que en vivo en el Madison Square Garden. Y nuestra espalda de cuarentones sedentarios jamás se lamento de cabalgar hasta 12 horas seguidas a la noble y versátil Centaura, la nave de nuestros viajes por la ruta del vino sudamericano.

Excelente comentario sacado de ese útil libro, para expresarnos la nobleza de la "centaura" un peugeot partner diesel por todos los países por donde recorrió raudamente. Dicho sea de paso, para todas las familias para sus paseos una buena publicidad para que de decidan sin titubeos.

Gracias una vez mas por tus aportes.

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